Las avestruces presentan ciertas características relacionadas con la reproducción, particularmente vinculadas al color de las plumas. La coloración de las plumas depende de las hormonas sexuales. En los machos, la falta de estrógenos origina las plumas negras. En las hembras, la abundancia de estrógenos es la causa de las plumas gris/café, las hembras con plumas negras pudieran no ser prolíficas. Los machos, a su vez, tienen el cuerpo negro, una cola larga y blanca y plumas en las alas que también sirven como camuflaje cuando incuban de noche.
Durante la época de reproducción, las avestruces muestran algunos comportamientos característicos. La hembra aletea cuando comienzan los días más largos, indicando su disposición sexual. En esta demostración, el ave baja la cabeza y el cuello a la altura de su cuerpo, abre y cierra el pico fuertemente y extiende las alas, que tiemblan rítmicamente. En el macho, las plumas blancas de las alas y de la cola juegan también un papel importante en el ritual del cortejo. El macho se pone en cuclillas frente a la hembra, alza sus alas y las mueve ligeramente hacia adelante y hacia atrás, golpeando la cabeza alternadamente contra el arco derecho e izquierdo de su lomo. Algunos asaltan y atacan a la hembra hasta el agotamiento, lo que puede provocar heridas que deben ser observadas.
Las hormonas, bajo la influencia de la luz, los cambios estacionales del año y medioambientales, ocasionan que el pico, el cuello y las piernas del macho se pongan rojas al comienzo de la temporada de reproducción. En esta época, el macho defiende el nido, los huevos y a las hembras. La única garra (uña) grande en su dedo principal es un arma peligrosa, reforzada por unas piernas poderosas.
Los machos alcanzan la madurez a los 3 años (algunos a los 2 años, con variada capacidad de fertilización). Sus gónadas se agrandan del 400 al 600% en la temporada de reproducción, en unas cuantas semanas. La esperma es almacenada a todo lo largo del cordón espermático y depositado dentro de la cloaca por medio del surco espermático del pene, durante la copula. El pene no erecto, de entre 13 y 20 cm., está asentado en el piso de la cloaca; erecto alcanza unos 35 a 40 cm. de largo. La recolección y evaluación de la esperma es tratada muy rara vez, debido a la agresividad del ave durante la temporada de apareamiento.
Las hembras en estado salvaje alcanzan la madurez sexual alrededor de los 3 años. Una buena nutrición ayuda a las aves en cautiverio a madurar más rápidamente (18 a 24 meses no es poco corriente). Después de los 3 años, pueden esperarse 40 o más huevos.
La hembra de avestruz sólo tiene el ovario izquierdo. Folículos y material "tempranero" de diverso tamaño rodean a la yema, colgando como racimos cuando comienza la madurez. La yema y el huevo maduros (disco germinal o blastoderm) se desarrollan bajo la influencia hormonal y se separan del folículo (ovulación). La yema es atrapada en el infundibulum (trompa de Falopio). Un solo espermio penetra y fertiliza el oocito; inmediatamente después de la fertilización, un zigoto o embrión en desarrollo desciende dentro del magnum.
El huevo desciende entonces al ishtmus, donde la membrana interior y exterior de la cáscara son añadidas a la yema y al embrión en desarrollo, para configurar el albumen. Estas membranas se fusionan apretadamente, excepto en la parte ancha del huevo, donde se dividen para crear una célula de aire. El huevo cae posteriormente dentro del útero (glándula de cáscara), donde son absorbidos humedad y otros nutrientes, y donde es depositada una cáscara del huevo altamente mineralizada, compuesta de carbonato de calcio.
En el útero es también asentada una capa delgada de proteína, la cutícula, que se seca inmediatamente después de la postura del huevo, formando una cobertura protectora. Las contracciones producidas bajo la influencia hormonal ocasionan que el útero deje caer el huevo dentro de la vagina, a través de la apertura, para la ovipisición.
En las explotaciones de avestruces uno de los factores que más influye sobre los resultados productivos y sobre la rentabilidad de la explotación, es el número de pollitos producidos por hembra reproductora. Por eso interesa particularmente conocer las diferentes etapas de la producción de aves para un buen destino comercial.
Aun cuando todos los factores y etapas en la crianza de las avestruces son importantes, sin lugar a dudas la incubación constituye la clave del mayor o menor éxito y en algunos casos incluso del fracaso de la explotación. Los resultados que se obtengan de la incubación, no solamente en cuanto a incubabilidad (es decir, proporción entre el número de pollitos nacidos y el número de huevos fértiles), sino también en lo que se refiere a la vitalidad del pollito recién nacido, condicionarán en forma muy importante la productividad del plantel en ciclo cerrado o de la empresa que se especialice en incubar huevos de avestruz.
4.1.1. Huevo
El huevo de avestruz es el más grande entre todas las aves, pero el más pequeño en proporción al peso del animal, del cual sólo equivale a un 1,5%. Un huevo de avestruz pesa entre 1.300 y 1.600 gramos, pudiendo variar entre 1 kilo y más de 2 kilos; y sus dimensiones bordean los 13 x 16 cm, fluctuando entre una longitud de 14 a 17 cm. y un ancho de 11 a 13 cm. A modo de comparación, se puede indicar que el contenido de un huevo de avestruz equivale aproximadamente al de 24 huevos de gallina. La superficie del huevo de avestruz tiene un área aproximada de 582 cm. cuadrados.
El huevo del avestruz se forma en 48 horas. La hembra pone un huevo cada dos días aproximadamente; el apareamiento requerido para la fertilización puede producirse hasta 7 días antes de la oviposición. En estado silvestre la postura varía entre 10 y 15 huevos. En un manejo de granja, cuando los huevos son recogidos, puede obtenerse un promedio de 40 a 75 huevos por hembra (y a veces más de 100).
En cuanto a su composición, un 80 a 85% de la masa del huevo lo constituye su contenido, ya que la cáscara representa el 15 a 20% restante. La yema, que pesa aproximadamente 400 gramos, es el 26% de la masa total del huevo.
El número y la densidad de los poros del huevo varía entre las cáscaras de los huevos de 12 a 16 poros por cm. cuadrado de la cáscara. La densidad es más alta en los polos del huevo, particularmente sobre la célula de aire. La porosidad (el número de poros y el grosor de la cáscara) se determina por la pérdida de peso durante la incubación.
El color del huevo es blanco cremoso a beige, posiblemente como resultado de una adaptación para minimizar el sobrecalentamiento bajo el sol antes de la incubación.
Durante el paso por la vagina del huevo queda cubierto por una cutícula que actúa como barrera de protección frente a los agentes patógenos, la que desaparece al realizar el lavado del huevo. En el momento de la puesta, un huevo fecundado ya se encuentra en desarrollo, aunque al disminuir la temperatura queda en estado de lactancia. El proceso de desarrollo embrionario se reinicia en cuanto la temperatura sea la adecuada.
La diferencia de temperatura que existe entre el interior del oviducto materno y el medio ambiente determina que las membranas interiores se separen y formen la cámara de aire. En este momento es cuando penetran el aite y los microorganismos. La formación de la cámara de aire no es instantánea, sino que tarda varias horas; por ello la frecuencia en la recolección de los huevos es de suma importancia.
En relación a la recolección de los huevos, es necesario tener presentes algunas recomendaciones generales. Remover los huevos en cuanto han sido puestos induce a la hembra a continuar produciendo. La recolección inmediata, el manejo y la subsecuente incubación son algunos de los factores más importantes que determinan el éxito o fracaso de la empresa de producción de avestruces. Por ello todos estos factores deben estar bajo el control directo de la administración. Se requiere un cuidado considerable, puesto que los machos son muy protectores y agresivos durante la etapa de reproducción; es recomendable tener a una persona distrayendo a las aves mientras otra recoje los huevos así como alimentar a las aves dentro de su alojamiento y cerrar la puerta al recolectar los huevos.
Es importante permitir que el huevo se seque antes de recogerlo, ya que tiene una cutícula protectora exterior. Asimismo, es preciso recolectar y manejar el huevo de una manera cuidadosa y delicada, usando guantes de látex o toallas de papel. Los huevos resquebrajados deben descartarse inmediatamente de ser incubados, para evitar la contaminación. Si un huevo se deja bajo la luz del sol, las altas temperaturas podrían aumentar su temperatura interna y matar al embrión. Si los huevos se dejan en condiciones de humedad o frío, aumentan las posibilidades de una infección bacteriana.
Una vez recogidos los huevos del nido, se debe proceder a guardarlos en un lugar especialmente acondicionado, en espera de que haya un número suficiente para cargar la incubadora. La higiene durante la manipulación de los huevos debe ser estricta, para evitar la diseminación de microorganismos entre un huevo y otro. Los huevos se deben manipular y almacenar individualmente en recipientes con alvéolos diseñados para huevos de avestruces, los que deberán ser objeto de un especial y minucioso lavado y desinfección.
La limpieza de los huevos es un tema muy debatido. Naturalmente, es importante tratar de producir huevos limpios. Si los huevos están sucios, lo recomendable es lavarlos bajo condiciones sanitarias muy cuidadosas, con un cepillo suave (como un cepillo de dientes). Algunos prefieren lavar los huevos en una solución desinfectante, de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
Otra alternativa consiste en frotar el huevo delicadamente con un paño suave para remover la suciedad visible y con un cepillo suave para remover la sustancia fecal. Para esto, el agua debiera estar 10 grados más tibia que el huevo (y debería contener una solución desinfectante). Si la temperatura interna del huevo es más alta, el contenido se encogerá, resultando en la absorción de fluidos y contaminantes. Bajo ninguna circunstancia debe usarse agua fría.
En su paso por la cloaca el huevo es susceptible de contaminarse con Salmonella, Escherichia coli, Acinetobacter y otros. Los huevos que presenten restos de suciedad visible se deberán limpiar cuidadosamente con un paño o papel desechable, y luego con un cepillo se deberá hacer lo mismo con los poros del huevo. Esta práctica presenta el inconveniente de destruir la capa que protege externamente el huevo. Una vez limpios deberán identificarse para controlar sus resultados, rutina que deberá ejecutarse en el momento de la recolección.
Para el lavado y desinfección, los huevos pueden sumergirse durante un par de minutos en agua caliente a unos 40º C en un recipiente individual que contenga una solución de cloro (a 500 ppm). También pueden utilizarse yodo y los amonios cuaternarios a 200 ppm. Debe evitarse, como ya se mencionó, el uso de agua fría, puesto que el huevo reacciona contrayéndose y arrastrando hacia adentro la suciedad y los microorganismos.
Otra alternativa de desinfección es la fumigación en recinto hermético. Una vez limpios de suciedad, los huevos también pueden desinfectarse con 45 ml de formalina al 40% y 30 g de permanganato potásico por metro cúbico o con 10 g por metro cúbico de paraformaldehído durante 20 minutos. Para la desinfección de los huevos también pueden usarse soluciones comerciales en spray, luz ultravioleta y otros. Los huevos muy sucios, quebradizos, demasiados pequeños o excesivamente grandes, con cáscara fina o formas anormales, no deben ser almacenados ni menos aún incubados.
En cuanto al almacenamiento, pueden mencionarse las siguientes recomendaciones generales. Los huevos pueden almacenarse hasta reunir el número deseado para poner en la incubadora. El tiempo promedio de almacenamiento es de 3 a 10 días, pudiendo fluctuar entre 24 horas y 20 días. Es recomendable almacenar a temperaturas aproximadas de entre 13 y 18 grados centígrados, de costado o bien con la parte gruesa hacia arriba (usualmente de costado), y con una humedad moderada de aproximadamente 55 a 70%.
De acuerdo con otras experiencias, se recomienda que el recinto de almacenamiento de los huevos mantenga una temperatura ambiental entre los 15 y 18 grados C, y una humedad alrededor del 50%.
Durante el amacenamiento se debe tener en cuenta el objetivo de mantener o minimizar la pérdida de peso.
Para el almacenamiento, los huevos deben ser colocados en bandejas de material de fácil lavado y desinfectado, provistas de separadores individuales. La posición del huevo durante su almacenamiento puede ser vertical u horizontal, pero se recomienda no moverlos durante este período, a fin de evitar mortalidades embrionarias tempranas. Solamente deberán ser volteados cuando el período de almacenamiento sea superior a los 7 días.
Es preciso tener presente que la calidad de los huevos es necesaria para un empolle y sobrevivencia elevados. Para ello, los machos y hembras debieran estar en la mejor salud y condición. La hembra no debiera estar gorda a causa de sobrealimentación, pero tampoco debiera estar delgada. El huevo debe ser puesto en un ambiente limpio, recogido sin demora y almacenado bajo condiciones óptimas, libre de contaminación.
La infertilidad problemas en el macho o en la hembra, alimentación insuficiente, huevos puestos en condiciones de suciedad, tensión (estrés), enfermedad, o puede deberse al hecho de ser huevos de final de temporada. Algunos huevos fértiles morirán durante la incubación. Los puntos más altos de mortalidad se presentan durante la primera y la última semanas de desarrollo.
La bioseguridad es otro factor de importancia en el manejo inicial de los huevos, ya que de ella depende en gran medida un empolle exitoso. El patrón de tráfico en el recinto debe establecerse de manera de circular desde el sector limpio al sucio. Es preciso mantener las instalaciones tan limpias y secas como sea posible. Niveles relativos de humedad bajo el 50% generalmente disecan y matan las bacterias. Antes de aplicar desinfectantes, es necesario limpiar cuidadosamente toda el área. Algunos desinfectantes demoran hasta 30 minutos para destruir a las bacterias, de modo que puede haber un incremento de las bacterias hasta que la superficie desinfectada se seque.
Hay que tratar de mantener un número mínimo de visitantes a la sala de incubación. Una buena medida contra las enfermedades es el uso de ropa protectora desachable, principalmente en los zapatos. Las instalaciones deben fumigarse periódicamente con una solución desinfectante; en todo caso, es preciso hacerlo con precaución, tomando en cuenta que la fumigación produce humedad.
Las incubadoras necesitarán limpieza y fumigación solamente antes y después de cada temporada, excepto en casos de huevos sangrantes, infección bacterial confirmada, huevos reventados o situaciones similares. La nacedora o empollador debería limpiarse después de cada empolle, ya que estos residuos son caldo de cultivo ideal para las bacterias. Es recomendable usar placas y gasas de cultivo para monitorear rutinariamente la cantidad de bacterias en las instalaciones.
4.1.2. Incubación
El embrión crece muy rápido. Los primeros órganos en desarrollarse son el cerebro, los ojos y el tejido nervioso. El corazón y los vasos sanguíneos demoran 4 a 6 días. La pared corporal y las vísceras, se forman al día 6; las extremidades, 8 a 19 días. La fase de crecimiento y desarrollo de plumas ocurre en la segunda mitad de la incubación. La gestación es de 42 días aproximadamente (el empolle puede ocurrir entre los 36 y 48 días, dependiendo de las condiciones de incubación). La yema es absorbida por la cavidad del cuerpo antes del empolle, y puede alimentar al polluelo durante sus tres primeros días de vida.
El desarrollo del embrión presenta tres períodos generales:
1. El primer período (o período inicial) se extiende desde la colocación en la incubadora hasta que el pico se ha desarrollado completamente. Esto es importante en el proceso total, en la medida en que los sistemas orgánicos primarios y las membranas básicas se desarrollan. Si las temperaturas aumentan considerablemente durante este tiempo, el resultado puede ser órganos mal desarrollados y posible muerte del embrión. También las temperaturas levemente bajas retardarán el desarrollo.
2. El segundo período (medio) se extiende hasta que se desarrolla un plumaje significativo. Hay una baja mortalidad embrionaria durante este período, porque los órganos desarrollados simplemente crecen sin mucha diferenciación celular compleja.
3. El tercer período (último) se extiende a través del empolle, incluyendo la terminación del crecimiento de las plumas, ubicación del saco vitelino o saco de la yema al interior del cuerpo, la conversión de la respiración vía membrana chorio-alantoidea a vía pulmonar, el "pipping" (término que describe el movimiento de un polluelo de empollar o salir del cascarón) y la salida del cascarón. La mortalidad embrionaria tiende a concentrarse al principio y al final del desarrollo.
Durante el proceso de incubación, es preciso tener presente la respiración embrionaria. Al utilizar oxígeno (O2), el embrión en desarrollo produce como subproductos dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O). Este proceso puede monitorearse pesando el huevo. Desde el momento en que el huevo es puesto hasta el empolle ("pipping" interno), la pérdida de peso es de 14%. Pesando los huevos y manteniendo anotaciones precisas es posible determinar el nivel óptimo de humedad para los huevos, así como obtener una buena referencia del rendimiento de las incubadoras.
Los huevos de algunas hembras no pierden peso tan fácil o rápidamente como los de otras. Mediante las anotaciones se pueden determinar acciones a tomar (como elevar o reducir la humedad, o aumentar o reducir el tiempo de almacenamiento). De ser posible, es recomendable mantener más de una incubadora funcionando, para satisfacer las necesidades de huevos grandes y pequeños.
La pérdida de peso no es constante durante el ciclo de incubación. La pérdida de peso más alta ocurre al comienzo y al final del ciclo de incubación. La temperatura de la incubadora debería mantenerse tan estable como sea posible. Para asegurar dicha estabilidad, es preciso hacer lecturas diarias de la máquina.
Los principios básicos de la incubación del huevo de avestruz son similares a los de otras aves. Las diferencias radican principalmente en el tamaño y en los parámetros de incubación. En cuanto al tamaño cabe destacar que en una incubadora tradicional con capacidad para 2.730 huevos de codorniz, 1.800 de perdiz, 1.120 de faisán, 870 de gallina, 770 de pato o 515 de ganso, sólo posee una capacidad para 18 huevos de avestruz. Aunque es posible realizar la incubación natural en los nidos de las aves, en una explotación comercial esta práctica queda desechada.
En el siguiente ejercicio se compara la producción entre un sistema productivo artesanal con incubación natural y una explotación comercial mediante incubación artificial por hembra al año.
Parámetros |
I. Natural |
I. Artificial |
Huevos/año/hembra |
5 |
50 |
Fertilidad 85% |
4 |
42 |
Eclosión 85% |
3.6 |
36 |
Mortalidad : 0-1 mes 25 % |
2.7 |
27 |
Mortalidad : 1-3 meses 25 % |
2 |
20 |
Mortalidad : 3-12 meses 1% |
2 |
20 |
Producción |
2 |
20 |
La incubación de los huevos del avestruz es de unos 42 días. Se puede optar por cargar la incubadora en su totalidad una vez a la semana, o disponer de tantas incubadoras como cargas se realicen. Si se decide realizar una carga semanal de huevos, la necesidad de incubadoras será igual a la duración de la incubación en semanas más uno, es decir, se requerirán 7 incubadoras. Desde el punto de vista del control de los parámetros de incubación, son preferibles las incubadoras de carga única, puesto que se optimizan todas las operaciones y manejos, además de que el número de aperturas de la incubadora es el mínimo necesario, con lo cual se evitan las oscilaciones ambientales internas.
La incubación, a pequeña escala o a nivel familiar, se podrá realizar mediante cargas múltiples, pero desde el punto de vista del control de los parámetros de incubación no es lo más recomendable, debido al diferente estado de desarrollo embrionario. Otra posibilidad es trabajar solamente con una incubadora, realizando cargas diarias y enfatizando el adecuado marcaje e identificación de los huevos. Existen, como se ha visto, una serie de posibilidades y combinaciones válidas según las posibilidades y limitaciones de cada explotación, conforme a la productividad semanal teórica de huevos para incubar.
Las incubadoras deberán instalarse en un recinto en el que se puedan acondicionar a gradientes de temperatura entre los 21 y los 25 grados C y humedad entre un 20 y un 35%.
Al sacarlos de la sala de almacenamiento y antes de cargarlos en la incubadora, los huevos deberían ser nuevamente fumigados, por lo que es recomendable que exista en el interior de la sala de incubación una cámara para este efecto.
Una vez que la incubadora esté limpia y desinfectada, se procede a la carga de los huevos, que se pondrán en posición vertical, de tal forma que la cámara de aire quede en la posición más elevada.
Para el proceso de incubación, es preciso tener presentes los siguientes principios de carácter general, aun cuando las condiciones específicas y las diferentes experiencias pueden hacerlos variar dentro de ciertos rangos:
Duración: en promedio 42 días, dependiendo de la temperatura y la humedad. Las temperaturas altas causan tiempos de empolle más cortos; las temperaturas bajas originan tiempos más largos. La humedad alta durante la incubación retrasará el empolle; la humedad baja tiende a causar un empolle prematuro. Mientras más alta sea la temperatura del foco seco, menor será la necesidad de humedad relativa, porque el ritmo de producción de agua y crecimiento del embrión será más rápido. Si no se puede alcanzar una baja humedad relativa, podría ser necesario incubar a temperaturas más bajas por tiempos más largos, o bien invertir en un sistema de deshumidificación.
Factores determinantes de la duración de la incubación
ATRASAN EL PROCESO |
ACELERAN EL PROCESO |
cascarones gruesos temperaturas bajas alta humedad porosidad (menos poros o poros más pequeños) |
cascarones delgados temperaturas altas baja humedad porosidad (más poros o poros más grandes) |
A continuación se analizan algunos de los factores más relevantes que deben controlarse durante la incubación:
a) Humedad
A veces resulta difícil controlar la humedad dentro de la incubadora, particularmente en ambientes externos muy húmedos, ya que la humedad requerida para el proceso es bastante baja. Por eso muchas veces es preciso instalar un preacondicionador de aire para que deshumidifique la sala de incubación.
La humedad relativa recomendada para la incubación del huevo de avestruz se sitúa entre el 20 y el 35 %, variación que depende de las condiciones climáticas de cada zona, por lo que deberán hacerse correcciones hasta determinar la humedad óptima de incubación para cada área o región en particular.
b) Temperatura
La temperatura de incubación representa un factor condicionante del desarrollo embrionario. La temperatura en el interior de la incubadora deberá alcanzar los 36 a 36,5 grados C. Las variaciones de temperatura dentro de la incubadora pueden ocasionar graves problemas, sobre todo retraso en los nacimientos, por lo que es aconsejable llevar un registro, a lo menos 6 veces al día, con el objeto de prever y corregir las oscilaciones.
c) Tensión de oxígeno
Los huevos fértiles realizan un intercambio gaseoso, captando oxígeno y cediendo anhídrido carbónico. Esta respiración hace necesaria una adecuada ventilación, con un caudal de aire aproximado de 1,5 metros cúbicos por hora por cada 100 huevos.
d) Control de peso
Los huevos deberán pesarse antes de su entrada a la incubadora. Normalmente a los 42 días de incubación la pérdida de peso alcanza entre el 12 y el 13%, con una incubabilidad de un 80%. Los huevos que pierden menos peso disminuyen su incubabilidad al 78%; pero aquellos huevos que sobrepasan el 13% de pérdida de su peso inicial, presentan valores de incubabilidad aún más bajos, del orden del 40%.
El control de peso deberá realizarse una vez a la semana, lo que permitirá evaluar si se les está proporcionando una adecuada humedad en la incubadora, ya que la pérdida de peso es consecuencia del intercambio gaseoso entre el huevo y el ambiente, como resultado de la humedad y del espesor de la cáscara.
e) Volteo
Para evitar que el embrión quede adherido a las membranas y para mejorar la distribución del calor, debe realizarse el volteo de los huevos. Esta acción no deberá realizarse nunca antes de los tres primeros días de incubación ni después del día 37 al 39. Durante estos días deberán voltearse unos 45 grados, un mínimo de 2 veces al día. Algunos criadores han obtenido buenos resultados con 6 a 8 volteos diarios.
Existen en el mercado varios modelos de incubadoras con sistema de volteos automáticos, ventilación forzada, regulación electrónica digital de temperatura y humedad, sistemas de control, seguridad y alarma y otras tecnologías de avanzada.
f) Ovoscopia
Para conocer el estado y los procesos de desarrollo del embrión y para identificar los huevos infértiles, se realiza una observación sencilla que se denomina ovoscopia o miraje. Para ello se puede utilizar un instrumento que se denomina ovoscopio, el cual expone el huevo a una fuente de luz que permite observar al trasluz el interior del huevo.
La fertilidad de un huevo no incubado se puede determinar solamente al abrirlo. Pero cuando un huevo se ha incubado, la fertilidad se puede determinar a través de la ovoscopia, que muestra el desarrollo embrionario y el tamaño de la célula de aire. El huevo infértil es de color anaranjado traslúcido. El color no cambia si el huevo es infértil, pero la célula de aire se alargará.
En el desarrollo normal, las sombras aumentarán indicando el desarrollo embrionario, detectable entre los 5 y los 14 días de incubación. Se recomienda efectuar la ovoscopia a los 14 días para eliminar los huevos sin desarrollo embrionario; y a los 40 días, cuando se realice la transferencia desde la incubadora hasta la nacedora.
Para efectos prácticos se define como incubabilidad la proporción entre los nacidos y los huevos fértiles, es decir, los transferidos a la nacedora una vez desechados los infértiles después de la ovoscopia.
g) Selección de una incubadora
Para aplicar un criterio adecuado al seleccionar una incubadora, es preciso tener presente que ella debiera proporcionar los siguientes beneficios:
Una regla general para la planificación del espacio de incubación: espacio para 20 huevos por cada hembra adulta (por ejemplo, con 10 hembras, se requiere capacidad de incubación para 200 huevos). Un empollador de 24 huevos acomodará 7 hembras adultas; uno de 48 huevos acomodará 14 hembras adultas.
El flujo de aire a los huevos puede ser provisto por medio de una corriente constante, proveniento de portillas individuales de aire ubicadas en la parte trasera de la máquina, que suministra aire fresco constante a los huevos y remueve el vapor de agua y el CO2. En máquinas más pequeñas, la entrada de aire es ajustable de 12 a 50 pies cúbicos por minuto. Las portillas individuales de aire crean un flujo turbulento que previene la formación de bolsas de aire estancado donde se puede acumular CO2 en el comartimiento de los huevos.
En cuanto a controles digitales, los controles de diferencial proporcional permiten una zona de control de temperatura y humedad muy precisa; controlan la temperatura a 1/10 de grado Farenheit y la humedad a 1/10% RH (humedad relativa).
Para proveer humidificación, un generador de vapor agrega una fuente estéril de vapor de agua. El vapor es inyectado directamente a la succión de los calefactores, de manera que el vapor es minuciosamente mezclado, y la temperatura del aire es estable al momento de llegar al compartimiento de los huevos.
Para la rotación de los huevos, el sistema de rotación de haces oscilantes garantiza que cada huevo reciba la cantidad requerida de rotación y previene también que los huevos se amontonen a un lado de la máquina. Este sistema provee a todos los huevos una rotación completa de 160 grados.
El espiral de enfriamiento de emergencia usa agua fría presurizada que fluye por un tubo fino, y funciona como una fuente de eliminación de calor, para evitar que la temperatura se eleve por sobre el nivel fijado de 99 grados F.
Las luces GUV (luces germicidas ultravioleta) matan las bacterias que pudieran estar presentes en los huevos, o que pueden introducirse en ellos al tocarlos. Ayudan también a desinfectar el compartimiento de los huevos si un huevo explota o gotea, o si un polluelo eclosiona en la incubadora.
Como ovoscopio puede utilizarse una lámpara halógena de cuarzo de alta intensidad, que permite la inspección de los huevos sin removerlos de la incubadora. Es además fácil de usar y permite una inspección rápida y eficiente.
4.1.3. Nacimiento
La respiración pulmonar del pollito se inicia cuando éste rompe la cámara de aire, lo que sucede entre el día 37 y 40 de incubación. En ese momento los huevos son transferidos a la nacedora, previa ovoscopia de rigor. En la actualidad algunas empresas ofrecen modelos que incluyen en una sola cámara la incubadora y la nacedora. Estos modelos pueden representar un ahorro de espacio e inversión inicial, pero deben utilizarse siempre en carga única o continua.
La separación de la fase de incubación y nacimiento se debe a que en esta última se requiere aumentar la humedad ambiental hasta un 40 a 50%, aunque algunos especialistas recomiendan mantener una humedad constante en la incubadora y en la nacedora.
Los pollitos permanecerán en la nacedora hasta que estén completamente secos, momento en el que se podrán trasladar al recinto destinado para la primera edad. La atención durante el nacimiento estará orientada principalmente a pesar cada pollito y a desinfectarles el ombligo, manejo que deberá realizarse varias veces al día, para disminuir al máximo eventuales infecciones.
Los pollitos pesan al nacer entre 500 y 700 g, y son totalmente autosuficientes para desplazarse, aunque dependientes del control de temperatura, ya que sus mecanismos de termorregulación son insuficientes.
El empolle o eclosión
Idealmente, el 85% de los huevos debieran empollar por sí mismos o con asistencia menor. El proceso comienza cuando la célula de aire se deforma y se mueve de lado (usualmente se cae), lo que puede ocurrir 24 a 48 antes del "pipping" interno, normalmente a los 37 ó 39 días. El polluelo empuja contra las membranas para entrar a la célula ("pipping" interno). Cuando ya ha roto la membrana, la sombra de la cabeza y el pico pueden ser vistas en la célula; a menudo, se ve también una pequeña mancha de sangre donde el polluelo ha roto la membrana.
Por razones de higiene, bioseguridad y para detener el volteo, se debe trasladar el huevo al empollador al producirse el "pipping" interno. Si la pérdida de peso y la incubación han sido apropiadas, el "pipping" interno debiera ocurrir sin necesidad de asistencia. En la medida que se obtiene experiencia, se podrá reconocer el movimiento correcto.
El empolle derivado del "pipping" interno puede tomar varias horas o días, con períodos frecuentes de descanso, tiempo durante el cual el saco de la yema está siendo asimilado. Como regla general, puede afirmarse que transcurren 24 horas entre el "pipping" interno y el externo. La temperatura de la nacedora o empolladora es un tema muy discutido. La mejor recomendación, según algunos, es operar la incubadora y la nacedora a la misma temperatura y humedad; pero si es necesario, se debe ajustar la humedad durante el empolle.
Después del "pipping" interno, es necesario monitorear estrechamente el huevo (candling), observando el movimiento del polluelo. Una vez que se agota el oxígeno en la célula de aire, el polluelo debe perforar el cascarón en busca de aire. El "pipping" externo ocurre cuando el polluelo, usando el músculo para empollar de su cuello y ayudándose con sus patas como apoyo, reclina la cabeza hacia atrás y golpea el cascarón con el pico; usualmente se puede ver un trozo grande de cascarón desplazado del resto. El empolle prosigue con la formación de una ventana en el costado del huevo, lo que permite ver el pico y una o dos patas.
El polluelo rota dentro de la célula; mientras está empollando rota menos de 90 grados. Se produce una mala posición frecuente cuando la cabeza del polluelo está al lado opuesto de la célula de aire en el huevo, o cuando la pata está al lado equivocado de la cabeza.
Es importante tener piso a prueba de deslizamiento en la cesta de empolle, para permitir que el polluelo pueda ejercer tracción y prevenir así problemas en las patas. Normalmente, empollarán grupos de huevos en un período de 48 horas.
Cuándo asistir en el empolle o eclosión
Este es el tema más debatido. Cuando sea posible, el empolle debiera ser natural; la experiencia irá enseñando cuándo se hace necesaria la asistencia. Lo recomendable es prestar el mínimo de asistencia, para darle al polluelo la oportunidad de trabajar tanto como pueda. La asistencia prematura puede causar que el polluelo tenga un ritmo de crecimiento muy pobre, si no muere en los primeros días de vida. Si se hace prematuramente un orificio para el aire, al polluelo le faltará incentivo para romper el cascarón. La asistencia debe darse sólo como un último recurso. En todo caso, no se debiera permitir que el polluelo permanezca en la célula de aire más de 24 horas sin intervenir. Una vez que se ha intervenido, se deberá continuar ayudando al polluelo a través del proceso de empolle.
Los polluelos en mala posición generalmente requerirán asistencia. Si el polluelo ha abierto una ventana grande en el cascarón pero no ha progresado después de 12 horas, existe el peligro de que quede atrapado en el cascarón. Es preciso entonces hacer una fractura fina alrededor del huevo. Es importante resistir la tentación de tirar al polluelo para separarlo del huevo, pues el trauma podría ser fatal.
Procedimiento para asistir en el empolle
La célula de aire debe ser volteada hacia la persona que asiste. Usando un instrumento contundente se debe golpear levemente el huevo hasta que aparezca una rajadura (fin de la célula de aire). Con unas pinzas, se deben romper piezas muy pequeñas del cascarón hasta tener un orificio. Es posible que se escuche al polluelo gorjear o respirar. Hay que tratar de ver o sentir el pico; la membrana puede hacerse transparente rociándola con aceite vegetal o aceite para bebés.
Un polluelo puede dar la apariencia de estar en la célula, cuando en realidad la membrana ha colapsado alrededor del pico. Si es así, es necesario remover suficiente cascarón como para poder entrar el huevo y hacer un pequeño agujero en la membrana, usando unas pinzas limpias o tijeras pequeñas. Es preciso tirar cuidadosamente la membrana, justo lo necesario para exponer el pico, evitando los vasos sanguíneos. Hay que asegurarse de que los conductos nasales del polluelo estén despejados y de que está respirando; si es necesario, el pico puede limpiarse con alcohol.
Después de esta operación se debe cerrar la necedora y dejar solo al polluelo por lo menos 2 horas. Las palabras claves en todo el proceso son despacio y con precaución. Si no hay progreso dentro de 2 ó 3 horas, hay que remover suficiente cascarón para extraer por completo la cabeza y el cuello. La lucha del polluelo por salir del huevo es muy importante en el proceso de empolle; cualquier interferencia más allá de este punto interrumpirá la asimilación del saco de la yema o saco vitelino. Los polluelos empollados con el saco de la yema expuesto están predispuestos a un promedio alto de mortalidad.
El post-empolle
Después del empolle, hay que desinfectar el área umbilical del polluelo con yodo al 7%. Si se desea, puede implantarse un microchip en el músculo de "pipping", que se dilata por aproximadamente 24 horas después del empolle. Hay que permitirle al polluelo permanecer en el empollador hasta que se haya secado completamente sin deshidratarse. El tiempo promedio de retención en la necedora después del empolle es de 12 horas, dependiendo de la condición del polluelo. Un polluelo que se ha levantado y está moviéndose está listo para ser extraído de la máquina. Debe procederse a pesar al polluelo y atarle una cinta de identificación en la pata derecha.
Los polluelos que tengan dificultades para mantenerse parados (a lo que son más propensos los polluelos edematosos) debido a patas débiles, separadas hacia los costados, deberían ser maneados más o menos por un día, usando una tira de paño de media pulgada. Para manear al polluelo hay que ponerlo cara arriba, de modo que pueda verse la colocación correcta del paño. Hay que envolver un tobillo, colocar la otra pata perpendicular al cuerpo, envolver el otro tobillo y mantenerle las patas separadas a la medida de los hombros.
Las 36 horas siguientes son cruciales para el polluelo y durante ese período la regulación térmica debe ser la principal preocupación. La tensión provocada por el enfriamiento o por el calor puede ser un problema que conduzca a la retención del saco de la yema o saco vitelino.
SOLUCION DE PROBLEMAS DE INCUBACION
1.- Huevos ralos, infértiles
Causas Probables |
Nutrición inadecuada o agua insuficiente |
Demasiados aves en el recinto (densidad no calculada) |
Declive estacional en fertilidad |
Enfermedades en la masa |
Machos estériles |
Huevos estropeados (enfriados o sobrecalentados) |
Huevos almacenados por mucho tiempo bajo condiciones inapropiadas |
Fumigación inapropiada |
2.- Buenos resultados, pero mostrando anillo de sangre o embrión muy pequeño al romper cascarón (embriones muertos principalmente del primer al cuarto día).
Causas probables |
Enfriados o sobre calentados |
Temperatura inapropiada de la incubadora |
Fumigación inapropiada |
Cría (de reproducción) en malas condiciones |
Nutrición inapropiada de la masa |
Huevos almacenados por mucho tiempo o bajo condiciones inapropiadas |
Fumigación inapropiada |
3.- Muchos embriones muertos (1 - 12 días)
Causas probables |
Temperatura de la incubadora muy alta o muy baja |
Falta de ventilación |
Volteo inapropiado de los huevos |
Cría (de reproducción) en malas condiciones |
Nutrición inapropiada de la masa |
Huevos almacenados por mucho tiempo o bajo condiciones inapropiadas |
Fumigación inapropiada |
4.- Considerable número de embriones muertos (del 12 al 30 día)
Causas probables |
Temperatura de la incubadora muy alta o muy baja |
Falta de ventilación |
Nutrición inapropiada de la bandada, especialmente deficiencia de vitaminas |
5.- Polluelos completamente formados pero muertos sin "pipping" (días 40 a 42)
Causas probables |
Temperatura de la incubadora o empollador muy alta/baja |
Falta de ventilación en ambos/o la incubadora |
Volteo inapropiado de los huevos |
Enfermedad en bandada en mala condición |
Polluelo en mala posición |
6.- Huevo empollado pero polluelos muertos en el cascarón. Agujero hecho en el cascarón pero polluelo no eclosiona completamete. Embrión puede estar vivo todavía.
Causas probables |
Baja humedad promedio |
Ventilación inadecuada |
Alta temperatura en exceso por un período de tiempo corto |
Baja temperatura promedio |
Polluelos en mala posición |
7.- Polluelo pegajoso o embadurnado con contenido del huevo
Causas probables: |
Baja temperatura promedio |
Humedad promedio muy alta |
Ventilación inadecuada |
Puede requerirse período más largo de almacenamiento |
Poros tapados debido a limpieza inadecuada |
8.- Membranas del cascarón pegadas al polluelo
Causas probables |
Excesivo secado de los huevos |
Baja humedad al momento de empolle |
Volteo inapropiado del huevo |
9.- Polluelo empollando prematuramente con ombligo sangrante
Causas probables |
Temperatura muy alta |
Prematura asistencia de empolle |
10.- Ombligos ásperos, mal cicatrizados
Causas probables |
Alta temperatura o variaciones amplias |
Humedad excesiva en el empollador de transferencia/empolle |
Embriones infectados previo a la transferencia o durante el empolle |
11.- Polluelos grandes, de cuerpo suave
Causas probables |
Baja temperatura promedio |
Mala ventilación en la incubadora/empollador |
Humedad muy alta, especialmente durante la incubación |
Infección del ombligo (omphalitis) |
12.- Polluelos débiles
Causas probables |
Temperatura excesiva o mala ventilación en el empollador |
Enfermedad, mala nutrición, o las bandadas en mala condición |
13.- Empolle tardío - no comienza a "pip" hasta el día 42 o después
Causas probables |
Temperatura promedio muy baja, especialmente en la incubadora |
Huevos almacenados por mucho tiempo |
Embriones débiles, infectados |
Inapropiada recolección, enfriamiento, y almacenamiento de huevos |
Sitios calientes y fríos resultantes del diseño inapropiado de la incubadora |
Circulación de aire viciado, contaminado |
14.- Polluelos deformados
Causas probables |
Huevos almacenados demasiado tiempo |
Huevos enfriados antes de colocarse en la incubadora |
Nutrición inapropiada o uso de alimento mezclado con medicamentos inapropiados |
Cascarón sin poros debido a herencia o mal nutrición |
Alta temperatura de incubación |